El humo blanco apareció a las 18:07 horas desde la chimenea de la Capilla Sixtina, confirmando al mundo la elección de un nuevo pontífice. Minutos después, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunció desde el balcón de la Basílica de San Pedro la frase tradicional: “Habemus Papam”. El elegido fue el cardenal Robert Francis Prevost, quien asumirá el nombre de León XIV.

La elección se llevó a cabo durante el cónclave más internacional de la historia, con la participación de 133 cardenales provenientes de 70 países. La designación del nuevo Papa representa un hito para la Iglesia católica: es el primer papa nacido en Estados Unidos y con nacionalidad peruana.

Fotos: Vatican News

Pero ¿Quién es el Papa León XIV?

Prevost nació en Chicago, Illinois, el 14 de septiembre de 1955. A los 22 años ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (O.S.A.) y emitió sus votos solemnes en 1981. Fue ordenado sacerdote en 1982 y cuenta con una sólida formación académica: es licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, tiene una maestría en Teología por la Unión Teológica Católica de Chicago y un doctorado en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma.

Desde temprana edad, Prevost desarrolló una estrecha relación con el Perú. Entre 1985 y 1986 trabajó como misionero en la región de Chulucanas, Piura, y posteriormente fue nombrado obispo de la diócesis de Chiclayo, donde se desempeñó oficialmente desde 2015.

En los últimos años, su carrera dentro de la estructura vaticana se consolidó. En 2019 fue nombrado miembro de la Congregación para el Clero y, un año después, de la Congregación para los Obispos. En 2020 asumió como administrador apostólico de la diócesis del Callao y, en 2023, el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.

La elección del Papa Robert Francis Prevost como León XIV marca un nuevo capítulo para la Iglesia católica. Su doble identidad —estadounidense y peruana—, junto con su experiencia pastoral en América Latina y su formación europea, lo posicionan como una figura capaz de tender puentes entre regiones, culturas y visiones dentro de la Iglesia.

Mientras miles de fieles se congregaban en la Plaza de San Pedro para presenciar el anuncio, el repique de las campanas y la fumata blanca confirmaban lo que muchos esperaban: un nuevo liderazgo ha comenzado.