El derrame cerebral fue la causa que llevó al Papa Francisco a la muerte el pasado lunes 21 de abril, tras una rápida cadena de complicaciones médicas que incluyó un colapso cardiocirculatorio irreversible.

El pontífice, de 88 años, había enfrentado previamente una infección polimicrobiana del tracto respiratorio que desencadenó neumonía bilateral y bronquitis, según confirmaron fuentes oficiales del Vaticano.

El deceso del primer papa latinoamericano fue anunciado por el cardenal Kevin Farell, camarlengo del Vaticano, quien comunicó que el Santo Padre falleció a las 7:35 de la mañana en su residencia en Roma.

“Con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro santo padre Francisco. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia”, expresó conmovido.

Esta noticia estremeció al mundo, especialmente porque el Papa había aparecido recientemente durante la misa de Pascua, ofreciendo la tradicional bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la basílica de San Pedro.

Pese a haber recibido el alta médica el 23 de marzo, luego de más de un mes internado por una grave infección respiratoria en el hospital Policlínico Gemelli de Roma, su salud continuaba siendo delicada. A sus antecedentes de hipertensión, diabetes tipo II, insuficiencia respiratoria aguda y bronquiectasias múltiples, se sumaron complicaciones que afectaron gravemente su organismo.

Según el diario Corriere Della Sera, el Papa Francisco se levantó temprano, como era habitual, y se encontraba estable. No obstante, hacia las 7:00 de la mañana comenzó a sentirse mal, y media hora después sufrió un ictus cerebral, que provocó un coma inmediato y un colapso cardíaco irreversible.

¿Qué es un ictus y cómo prevenirlo?

De acuerdo con el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de México, el ictus —también conocido como Enfermedad Vascular Cerebral (EVC)— es una alteración neurológica súbita que puede dejar graves secuelas o causar la muerte. Se ha convertido en la primera causa de discapacidad en adultos y la quinta de mortalidad en México.

El accidente cerebrovascular ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se bloquea o se rompe un vaso sanguíneo. En cualquiera de los dos casos, las neuronas comienzan a morir rápidamente por falta de oxígeno.

Es por ello, que la Secretaría de Salud advierte que reconocer los síntomas a tiempo puede salvar vidas. Entre los principales signos de alarma están:

• Entumecimiento o parálisis súbita en cara, brazo o pierna (especialmente de un solo lado).
• Visión borrosa o pérdida súbita de la visión en uno o ambos ojos.
• Mareos, pérdida de equilibrio o caídas inexplicables.
• Dificultad para hablar o entender el lenguaje.
• Dolor de cabeza severo y repentino, sin causa aparente.

Estos indicios, aunque duren solo unos minutos, son motivo para acudir de inmediato a los servicios de emergencia.

Factores de riesgo y recomendaciones

Los principales factores que aumentan la probabilidad de sufrir un EVC incluyen la presión arterial alta, colesterol elevado, enfermedades cardíacas, diabetes no controlada y el tabaquismo.

Frente a esta realidad, los especialistas recomiendan llevar un estilo de vida saludable como realizar ejercicio con regularidad, mantener una dieta equilibrada, evitar el consumo excesivo de sal y grasas, controlar enfermedades crónicas y eliminar el hábito de fumar.